Hoy os proponemos un paseo con la mirada hacia el cielo.
Es así como podréis descubrir una de las bellezas arquitectónicas que encierra una de las calles con más solera del casco antiguo de Mosqueruela, la calle Ricos Hombres, dentro del recinto amurallado, integrada por edificios construidos en la época de mayor esplendor de la población por el auge del comercio de la lana, comprendida entre los siglos XVI y XVIII.
Nos referimos a los aleros tallados en madera que coronan los caserones centenarios con fachada de piedra que vertebran esta céntrica calle, que debe su nombre a los nobles del rey y las familias más adineradas de la población turolense que allí se hospedaban. De hecho, se dice que en el número 2 de esta travesía vivió Sebastián Edo, persona de confianza de la reina Isabel II.
Así, con la mirada hacia el cielo, es como se revela la belleza de esta calle. Como se descubren los imponentes aleros –único ornamento de esta serie de austeras fachadas- diferentes entre sí, y entre los que destaca uno de decoración barroca sobre el que hay talladas más de cien rosetas. Aleros que cubren aún más de sombra esta angosta calle y que en ocasiones parecen rozarse entre sí.
En los meses de invierno, durante los días más fríos -como los que tuvimos el placer de disfrutar hace apenas una semana, con la primera gran nevada de la temporada- cuelgan de estas trabajadas cornisas múltiples estalactitas que llenan de más belleza, y solera, si cabe, la calle Ricos Hombres.